¿Por qué me dedico a la narración oral? Por una serie de casualidades y de decisiones meditadas.

¿Qué me atrapó del oficio? Su mezcla de arte y artesanía. La libertad e independencia que tengo para experimentar. 

¿Qué hace única esta profesión? Su antigüedad: su edad se pierde en el tiempo. También su aparente sencillez junto a su profunda honestidad: te exige mucho para alcanzar un mínimo profesional y al mismo tiempo es tremendamente generoso, pues te devuelve con creces lo que invertiste en prepararte una historia. 

ESTHER YAMUZA

Para mi contar cuentos es una relación de afectividad 

DIEGO MAGDALENO

De los paseos por la Alhambra y el Albaizín llegó la fantasía y el gusto

por la historia y las historias. Ya siendo adolescente empecé a jugar

con el teatro, llevando nuestros experimentos a las calles que se

convirtieron en escenario improvisado. Desde el año 2001 hasta hoy en

día, la narración, la magia y el humor forman parte de mi vida y además

de mi trabajo. A lomos de las palabras recorro carreteras y caminos,

por bibliotecas y teatros 

JUAN VILLEN

Cuento y contaré hasta el último día de mi vida. Antes contaba cuentos para cambiar el mundo. Ahora contaré cuentos para que el mundo no me cambie”. Extraído de un curso ro de Nicolás Buenaventura Vidal.

Estas palabras, escuchadas a Nicolás en una de las sesiones que tuve la fortuna de disfrutar en mis comienzos de narrador, me dejaron muy impactado. Tanto que aún hoy resuenan en mis sentidos cuando me pregunto porqué sigo dedicándome a narrar. Así como una invocación, delante de un “altar” de libros, ante la atenta escucha del público, cuento para seguir siendo yo.

FILIBERTO CHAMORRO

Lanzar historias al aire, observar cómo el público las recoge, y sentir que se conmueve, y sentir que me conmuevo, es una experiencia artística curiosamente inefable”.

JUAN ARJONA

Empecé a narrar fascinada por el acto de compartir mis palabras y miradas en un acto íntimo con el público, continué con la narración porque cada momento es único y cada contada te tiene una sorpresa preparada que estoy dispuesta a seguir descubriendo

 PAULA MANDARINA

El oficio de contar es parte de mi propósito vital, parte de mi filosofía de vida. Contar es escuchar y compartir. Contar es encontrarme conmigo misma y con el mundo. Cuento para ampliar sueños, para crecer en mi viaje humano. Sentir es este viaje, caminar la sensibilidad a través del cuento, de la canción, de la poesía… en definitiva vivir el misterio que somos. Esta humanidad que nos ofrece su legado, esta continuidad nos transforma hoy en presente y es también un regalo para las que vienen. Cuento y canto para abrazar esa luz misteriosa que somos. Y me desparramo con humor, amigando mis miserias para troncharme de risa y hacerle cosquillitas a esa que viene con guadaña. Muerte, te reconozco como parte del camino, con la sabiduría de verte y sentir que no eres el final de la vida. A diferencia del cuento que acaba para luego volver a empezar, la vida que nos lleva es mutación; es una historia de nunca acabar. Así es, así ha sido, así será. ¡Orgasmos y champán! 

SALVA TRASTO

Nunca pensé que terminaría compartiendo historias Sin embargo, desde la primera vez que compartí un cuento con público me sentí atrapado por la magia del momento. Fue y sigue siendo como si el tiempo se detuviese, como si nada existiese más allá de los espectadores, la historia y mis palabras. Se abre como una puerta invisible en la que todo es posible en la imaginación de quién cuenta y quién escucha.

Todos estamos conformados de historias. Por eso no hay nada más poderoso que una historia contada en torno a la palabra, sin disfraces, sin artificios, sin trucos. Personas que conectan con historias, historias que conectan con personas, personas que conectan con personas. Un triángulo irrompible. Es mejor no escapar de los cuentos y dejarse atrapar. 

BLAS RUEDA

 LLegó, como todo lo bueno en mi vida, sin saber cómo ni por qué y se quedó para siempre, porque cuando cuento me siento fuego

 NOELIA CAMACHO

Narramos historias porque creemos en las palabras.

Las palabras son puentes tejidos para encontrarnos. 

Encontrarnos al pie del fuego de la ficción y la fábula:

Palacios de papel y mentira para contar verdades. 

Palacios de cristal y flores, de piel de lobo y sapo.

Amamos las palabras trenzadas como el esparto: 

dan sombra a la cabeza jornalera y silla al caminante. 

Creemos que contar la vida es ser aguadores en verano, 

ofrecer orden y concierto al caos que habitamos: 

Vamos a contarnos cuentos ahora que vamos despacio. 

ALICIA BULULU

Cuento para invitar a las personas que me escuchan a vivir los relatos conmigo. A reír, llorar, asustarse….junto a sus protagonistas.

Para que los cuentos nunca mueran. 

PEDRO MANTERO

No recuerdo que me contaran muchos cuentos de pequeño, pero sí recuerdo escucharlos de mayor. 

Cuento por muchos motivos: porque me fascina ver la mirada de quien me escucha, porque contando también hablo con los más pequeños, porque veo a los adultos que acompañan a sus pequeños escuchando «como si fuesen niños», porque un día una madre me confesó que el regalo que pidió su hijo enfermo era que le contase cuentos, porque contando trato de acallar por un rato tanto ruido de este mundo, porque me gusta, porque lo necesito, porque me hace sentir útil, porque me encanta conocer nuevos sitios y a personas comprometidas con su profesión y, por supuesto, porque a veces escucho a mi hija contando cuentos a sus muñecas «como lo hace su papá».

CARLOS ARRIBAS

2009. A punto de empezar mi primera función de cuentos en España recién llegado de Colombia. En el extinto Bar Naranja, zona Alameda, Sevilla. Gracias a los cuentos siempre por traerme hasta aquí. Gracias a los cuentos por llevarme siempre. Gracias a los cuentos por todo. Gracias a esta tierra y sus gentes por permitirme escucharles y por escucharme. Larga vida a la narración oral de cuentos

JHON ARDILA

Por amor. Por amor a las historias que fueron paridas por alguien y merecen ser cuidadas y sacadas a pasear en boca de los contadores y de las contadoras. Por amor. Por amor al mundo que es quien las escucha y, bien sabido es, que el mundo necesita amor e historias narradas para seguir girando y caminando lejos de veredas absurdas. Por amor. Por amor a mi misma que cuando cuento soy feliz por el simple hecho de compartir. Larga y linda vida a la palabra y a quien la narra. 

ANABEL GANDULLO

Sonrisas, viajes, miradas, emociones, tramas, personajes, intriga, fantasía, conexión, mucho placer y tan solo…. PALABRAS.

SILVA